19 de julio de 2011

Gracias Costas

Tenía planeado abrir el blog aliancista con opiniones positivas, llenos de energías para la segunda rueda del Descentralizado, pero ayer, una noticia me tomó por sorpresa, a tal punto que hasta ahora, se me hace difícil creer que Gustavo Adolfo Costas no es más entrenador de Alianza Lima.

Reconozco Gustavo Adolfo, que llegaste como un desconocido en 2003, pero el tiempo se encargó de darte un nombre en Alianza Lima. Más que un bicampeonato, la identidad que adquiriste en La Victoria y la pasión con que vivías cada instante en la interna de Matute, hace que tu partida provoque una inmensa tristeza.

Nunca te dije Costas, o el entrenador de Alianza. Siempre ''Gustavo Adolfo'', el tipo campechano, con un espíritu que muchos entrenadores quisieran tener al momento de dirigir, el único que religiosamente, besa al Señor de los Milagros antes de cada partido y que a los 2 minutos es capaz de vivir con éxtasis un clásico o un choque ante el colero de la tabla.

Y es que siempre defendiste tus colores, como en aquella noche nefasta de Santiago, cuando encaraste al ecuatoriano Vera y dijiste más de una verdad luego del partido. Te la supiste jugar por Farfán en 2004 y Carrillo en 2010, quizás, las dos joyas de las divisiones menores de los últimos años. No te tembló la mano al separar del primer equipo a Waldir y prescindir de Montaño (que lujos te das Gustavo Adolfo) e hiciste frente a todas las críticas que caían sobre ti.

Pero también así como te apoyé, supe hacer algunas críticas a algunas decisiones que tomaste, como el de no contar con un Montaño que pudo ofrecer su talento (algo que suplió con la presencia de los juveniles) o el planteamiento en las finales del 2009. En fin, viviste una película en tus dos etapas en Matute, que ayer (sorpresivamente) llegó a su fin.

Arabia Saudita te espera Gustavo Adolfo, y te llevas en la maleta, el cariño del pueblo grone que te respetó y te tuvo siempre en un pedestal. Tú sabes que eso es cierto y no es decirte adiós, sino un hasta luego, porque se que en algún momento, volveré a ver a un tipo correr y correr por la zona técnica, celebrar un gol con toda la euforia, pero en especial, al argentino más blanquiazul de todos. Sabemos que te alejan de Alianza razones que no son deportivas, pero espero que si algún día regresas, sea en otro entorno, con otra directiva (con otro presidente) que si tome en serio lo que es prometer un trabajo a largo plazo.

Gracias Gustavo Adolfo.

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